Productos artesanales realizados por personas con discapacidad.

Un mar de relajación

Los talleres de relajación nos ayudan a alcanzar una sensación de bienestar, calma y tranquilidad. La relajación debe considerarse nuestro estado natural que nos aporta fundamentalmente un profundo descanso, al mismo tiempo que nos ayuda a equilibrar el metabolismo, el ritmo cardíaco y la respiración.

Mediante un ejercicio de visualización y con el apoyo de efectos sonoros, escuchamos el sonido de las olas del mar y de las gaviotas. Nos imaginamos que estábamos en una agradable playa y que los rayos del sol nos acariciaban la piel, imaginábamos el sonido y el aroma del mar, el tacto sedoso de la arena… Esta visualización la acompañábamos de una profunda respiración y la conclusión del ejercicio es que cada vez que nos sintamos nerviosos o desbordados siempre podemos cerrar los ojos y con nuestra imaginación regresar a la playa y relajarnos.

También estimulamos el sentido del tacto con el panel sensorial, experimentando varias texturas. Amparo, con los ojos cerrados imaginaba que estaba tocando un camino y Ángeles pensaba en ovillos de lana. Además con las pelotas anti estrés, hemos disfrutado tocando y masajeando nuestras partes del cuerpo: cuello, espalda, brazos, piernas…

Ayudar a relajar nuestra mente es de vital importancia para conseguir relajar también todo nuestro cuerpo, de manera que funcione de forma más efectiva y nos ayude a enfrentarnos de manera eficaz a las tareas del día a día, por eso en la vivienda naranja disfrutamos de estas sesiones de relajación del programa Sensitea del proyecto IRPF.

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